sábado, 29 de octubre de 2011

inoportuna



Su nombre es Alonso, más no importa su nombre. Metro de Santiago, estación Parque Bustamante. Con su acordeón a cuestas, y afirmado de una de las manillas del gigante vagón, que en ese instante está repleto por personas, aunque no es seguro, de que sean personas,  Alonso mira el horizonte, y de soslayo la mira a ella, la chica de los anteojos oscuros.  La cual coquetamente sonríe, con su mochila verde y sus labios pintados color carmesí. Siguiente estación, la chica se baja y con ello el idilio se marchita, no obstante alcanzan a despedirse, la chica desde el andén y Alonso desde el vagón, levantando un poco las manos ambos, como si con eso pudieran transformar su intrascendente viaje en un inoportuno amor. Estación  Santa Isabel, ella se va.
 De improviso, Alonso recuerda el libro que es su es su especie de biblia, el principito; - me pregunto si las estrellas brillan sólo para que uno pueda encontrar algún día la suya…


1 comentario:

  1. me recordo mucho una canción de la oreja de Van gogh - jueves... creo que así se llamaba... el metro cuantas historias muertas lleva consigo..
    besos y abrazos, nos estamos leyendo.

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