viernes, 23 de diciembre de 2011

para de seguir enamorándote de mi hermana, así fue lo que dijo.

sábado, 29 de octubre de 2011

inoportuna



Su nombre es Alonso, más no importa su nombre. Metro de Santiago, estación Parque Bustamante. Con su acordeón a cuestas, y afirmado de una de las manillas del gigante vagón, que en ese instante está repleto por personas, aunque no es seguro, de que sean personas,  Alonso mira el horizonte, y de soslayo la mira a ella, la chica de los anteojos oscuros.  La cual coquetamente sonríe, con su mochila verde y sus labios pintados color carmesí. Siguiente estación, la chica se baja y con ello el idilio se marchita, no obstante alcanzan a despedirse, la chica desde el andén y Alonso desde el vagón, levantando un poco las manos ambos, como si con eso pudieran transformar su intrascendente viaje en un inoportuno amor. Estación  Santa Isabel, ella se va.
 De improviso, Alonso recuerda el libro que es su es su especie de biblia, el principito; - me pregunto si las estrellas brillan sólo para que uno pueda encontrar algún día la suya…


viernes, 21 de octubre de 2011

Manifiesto de alguien que desea abrazar la felicidad


De una vez por todas, hoy decido ser feliz, entregar amor sin querer recibir nada a cambio. Hoy decido mirar con otro cristal mi vida, que hasta hace poco me parecía una tragedia. Ser feliz porque sí, la vida es una sola y no quiero que se me pase entre lamentaciones y compadecimientos.
Basta de reproches y círculos viciosos de energías negativas que han envuelto, últimamente, mi vida. Disfrutar, amar, vivir, hacer deporte, quererme, amarme. En fin. Amor por amor.

domingo, 16 de octubre de 2011

ella


De improviso piensa en ella, su delicadeza, sus frases inteligentes, su serena actitud frente a la cotidianidad. Como ella se lo dijo, esto sólo se trata de vivir, sin mayores cuestionamientos, porque sino la vida se convierte en una misma mierda. Como lo recito de uno de sus libros favoritos; en la vida no se necesitan ideales sino solo pautas de conducta. 

jueves, 6 de octubre de 2011

Hay un miedo que me paraliza, un miedo que aparece frente a cualquier desafío, por menor que sea. La frustración se presenta solapada; en frases como “no puedo hacer esto”, “es muy difícil”, “no soy el indicado”, etc.

Comencé las clases de natación y ahí comenzaron los temores, hubo un instante en que tuve ganas de abandonar, me sentí prisionero de las dudas, las penas, las desdichas. No obstante decidí seguir, aunque siempre temeroso…

Mañana tengo otra clase por lo que me siento intranquilo, espero que el desdén no sea mayor a mis ganas de, por fin, terminar algo.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder.

Steve Jobs.


domingo, 25 de septiembre de 2011

Que webada con la vida, cuando se pone idiota y comienza a hacerte zancadillas. No te deja vislumbrar alguna luz por tenue que sea. Está todo nublado, las noches son también los días. Y sigo vagando sin saber que es la reputa vida. A mis casi 22 años nada está claro, mi carrera de historia congelada, mis días tristes frente a mi bipolaridad, mi manía por intentar salir de este hoyo, no obstante, sintiendo que caigo cada vez más abajo.

Estoy escribiendo ya medicado, ya he ingerido las pastillas correspondientes, por eso escribo contra el tiempo, cuando el sueño llega es imposible hacer otra cosa que no sea dormir. Dormir con esa fatalidad que es el sin sentido, esa sensación de que no dominas nada y estás frente a la merced del sueño infinito.

Mi vida va de mal en peor, por más que el siquiatra diga lo contrario, su manía por el alcance de metas me tiene harto, casi parezco mario bros superando etapas.

lunes, 19 de septiembre de 2011

...

Te comienzo a amar, curioso, pues no nos hemos visto. Curioso, pero te amo.

Te imagino, con esos pulcros anteojos negros que me enloquecen cuando reflejan tu mirada pueril. Y ya lo sé, sueno algo loco, sí , loco de amor por ti. Pienso que sería bello caminar juntos, por cualquier lugar, el sólo hecho de tomarte de la mano me haría fantasear y pensar que estaría en el mejor lugar del mundo.

Te vivo buscando, en esa chica del metro, o en la vendedora de la tienda de ropa. Imagino tu nombre y alucino que es igual de bello que tu sonrisa; Julieta o Sofía, no lo sé. Hoy tan solo eres tú.

Sólo se me ocurre que nos perdámonos en el infinito, donde derroquemos las concepciones tradicionales y vivamos con ahínco el mundo absurdo que habitamos.

Vivamos.

viernes, 26 de agosto de 2011

Escribo contra el tiempo, ya he tomado las pastillas y su efecto no tardara en llegar. Escribo porque tengo la necesidad de hablar, aunque curiosamente no tenga nada que decir. Tal vez un hola y un como estas sea suficiente

miércoles, 17 de agosto de 2011

FIN LANDIA

sábado, 23 de julio de 2011

Escribo

Escribo. Y no porque tenga algo grandioso que decir, lo cierto es que no tengo nada que decir, al menos nada que se pueda expresar en palabras.

Estoy escribiendo porque trato de combatir la amargura. Escucho algo de música, leo pasajes de libros que me han gustado, imagino a mi futura novia y las cosas sencillas que haríamos y, que posiblemente, llevarían nuestra relación al carajo. Entre otras cosas también sueño. Y sueño con temblores y terremotos, curiosamente estoy acostado en mi cama, no hago nada y no porque el sopor del sueño sea manifiesto sino sólo porque estoy impávido, frente al temblor, frente al mundo.

viernes, 15 de julio de 2011

Estoy en un vacío
vacío abúlico y desolador.
vacío hiperbólico que me reduce a nada.

miércoles, 29 de junio de 2011

Llueve, hermosamente llueve. Y me pregunto como siempre eso del “amor”, una cuestión definitivamente tan engorrosa como alucinante, tan hermosa como fulminante. Me impresionan las declaraciones de amor de alguna gente; tan intensos, tan proclives a amar. Dicen te amo como si esto fuera una carrera de proclamaciones de amor, con un desparpajo que me impresiona, pues yo nunca he dicho te amo, a nadie.

Tal vez sea la lluvia, tal vez Keith Jarrett, pero hoy no puedo no deprimirme. Eso del amor y las ganas de vivirlo.

domingo, 5 de junio de 2011

Morirme no me da miedo. Lo que me da miedo es que la realidad me engañe. Que la realidad me abandone.












Haruki Murakami, 1Q84

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Cómo es posible que alguien que estime tan poco a la gente dependa tanto de su opinión?
M. Kundera.

miércoles, 11 de mayo de 2011

se trata de mí

Comienzo El relato con una rabia inusitada, el equipo de fútbol que sigo ha perdido, y de una forma dolorosa, perdimos sin merecerlo.

Pero esto no se trata de fútbol, más no estoy seguro de lo que trate finalmente. Comienzo, una gran palabra, reflejo de mi nuevo corte de pelo al ras. Maldita enfermedad. A pesar de todo hay personas que todavía creen en mí. Ultimo tiempo, último año, crónica de una muerte anunciada. Por lo visto no es una depresión cualquiera, hay una predisposición biológica. Es algo más serio…Que esto sea así, por lo menos, me tranquiliza desde el punto de vista personal, he llegado a creer que mi sensibilidad frente al mundo era superior, en palabras concretas ser el problema.

Entiendo que no es agradable leer esto en un blog pero… se trata de mí.

jueves, 28 de abril de 2011

last flowers (como la canción de radiohead)

Un tipo de apariencia común. Lo mejor que hace es caminar. Lo hace tanto en momentos de lluvia como cuando el sol es intolerable. El sólo camina. Además camina solo.

Es común, verlo por las calles, hablando consigo mismo. Hay muchos que piensan que definitivamente esta loco. No obstante, hay otros, más ingeniosos, que suponen que en vez de escuchar los doors el se contenta con el mar de palabras que fluye de su boca, soliloquios interminables que hacen más placenteras sus caminatas.

Sus preguntas apuntan siempre a lo mismo; del por qué de sus decisiones, acaso si estas fueron o no apresuradas, a si el factor en ellas era su pusilanimidad perseverante. Ya no se siente triste, ni frustrado, ni amargado, como en el pasado. Hoy tan sólo está decepcionado, con su persona, con el mundo mismo.

Su barba comienza a crecer, fruto de ese desdén por lo que es. Una mirada oscilante desde la comodidad del caos. Algo así como observar su habitación; atiborrada de papeles por el suelo, la cama sin hacer, su ropa sucia apilándose en una esquina (aunque su madre pregunte todos las mañanas por si tiene y desea que se la lave). Un lugar donde también se encuentran tirados por el piso sus discos de música favoritos, así como sus libros y revistas, artículos que cobijan su vida solitaria. En su habitación sobresalen las imágenes que se encuentran pegadas a la puerta, desde retratos cruentos de lo que sucede en Haití hasta cuadros de pintores dadaístas. Asimismo están pegados algunos reportajes que le han parecido interesantes, rasgados desde las propias revistas, sobresale un titular que reza así; “La información presentada por los medios masivos invita al embrutecimiento colectivo”.

A veces, cuando se encuentra animado, siente una sensación inexplicable por querer mirar todos los escaparates de las tiendas que encuentra en su andar, esa exposición intencionada le provoca una curiosidad desmesurada, cree que la distribución y la forma en que se encuentran los objetos exhibidos tiene que ver directamente con el carácter de sus dueños, su forma de ser, sus intereses y no simplemente con alguna estrategia de venta o algo por el estilo. Realmente es un tipo extraño. En sus paseos también se detiene en algunas bancas, siempre las mismas, con el objetivo de mirar las estrellas, sin embargo, no intenta dibujar siluetas con estás, ni reconocer imágenes familiares, sólo intenta ver. Supone que distinguir el vuelo de una estrella fugaz arrebataría la capa de culpa y odio que roe los matices de vida que aún subsisten en su interior, tal como una receta mágica. De todas formas, las noches siempre terminan igual para él, dando vuelta en dirección a casa … Sin duda que es un pesimista, pero como lo dice Sabato, para serlo hay que previamente haber esperado algo. Nuestro protagonista a anhelado en demasía.

También intenta escribir. Le resulta más fácil cuando el alcohol inunda sus venas, porque, como el mismo lo ha referido a algunos de sus cercanos, la pluma necesita libertad, no ser fustigada por las constantes trabas de su ejecutor. No es que no sea un acto racional, pero entiende que necesita, aunque sea por momentos, tener una visión más intrascendente, más lejana sobre las cosas que le suceden e intenta relatar. Últimamente las noches de juerga se han intensificado, y como no, las anotaciones en su block de escritura, que esconde celosamente en su velador con llave. Es infinitamente crítico de las hojas que escribe. Comúnmente nunca culmina sus cuentos, pues éstos le parecen desprolijos, poco expresivos, carentes de esa vitalidad que debe poseer todo escrito.

Finalmente, para que aprecien la trivialidad de su vida, piensa a cada instante en el suicidio. Es terrible que alguien que ha nacido en una familia normal(no disfuncional) piense eso, pero su decepción frente a todo lo que lo rodea es, por momentos, y ya casi todos los momentos, intolerable. De todas formas intuye que no podría ser capaz de llevar a cabo su muerte, el sufrimiento de sus cercanos sería monstruoso., Paranoico no quiere sufrimientos ni pérdidas, sólo desea irse a la mierda.

martes, 19 de abril de 2011

Paranoico no quiere sufrimientos ni pérdidas, sólo desea irse a la mierda.

domingo, 10 de abril de 2011

martes, 22 de marzo de 2011

música fúnebre

Esperando micro, esperando metro...
La gente apurada, extasiada por alcanzar ese elixir de lo mundano. Me hago a un lado, no deseo romper con su monotonía, decido esperar la siguiente, pero como sabran, la historia se repite. Ya casi no me importa, ya casi no me importa nada.
Otro vagón repleto, que más da.
Intuía que no debía despertar, siempre cuando por las noches intento dormir imagino un sueño eterno, profundo, somnifero. De ahí quizás que ya al despertar me sienta abatido.

domingo, 20 de marzo de 2011

¿pero de que hablo?

De nuevo comienzo con lo mismo, me sorprendo cuando me oigo hablar. Te invento, te he inventado toda mi vida. Que me has desgarrado el corazón, lo felices que creí que éramos. ¿Pero de que hablo? Continuo, el alcohol ingerido no es excusa de lo que acaso creo decir. Digo que me has dejado, que me siento completamente abatido y con la moral por el suelo ¿pero de que hablo? Ni siquiera te conozco y aún así hablo de ti, de nuestra relación, donde pareciera ser todo una felicidad circunstancial pero a la vez infinita, un resplandor de bienestar que nubla mi sano juicio. Te busco, conciente e inconscientemente estoy pensando tan sólo en ti. Te anhelo ¿pero de que hablo?

Intuyo que tu estela de vida, imaginaria, es el fruto de mi final suspiro, eres el último estertor de mi vida, me aferro a la idea de tenerte. Solo quiero que caminemos por ese parque tomados de las manos. Intuyo que no es mucho pedir

Y sigo recorriendo bares, emborrachándome, enloquecido con mi ensombrecida soledad, todos los lugares que visito me parecen lejanos, extraños, poco amables.

Eres el ancla que aún me mantiene aferrado al día a día.

lunes, 7 de marzo de 2011




Hay noches que me siento desfallecer. Momentos en los cuales nubes de acérrimo pesimismo me embargan y confunden. Pensando más de la cuenta, frustrándome por cuestiones innecesarias, dándome cuenta que las certezas en mi pequeña vida no existen, preguntándome hasta que punto llegara ese desdén por lo que soy.


Apago la luz, espero un nuevo día. He leído por ahí que nunca es tarde para volver a comenzar…

miércoles, 9 de febrero de 2011

Vendíamos diarios….


Y empezó con su gran alegato, que esto era una falsedad, una notable infamia de los inconformistas de siempre, en fin. Nos califico así como unos traidores de la patria. Sin embargo, y como no dejaba de aclararlo cada dos minutos de conversación, el no dejaría que esto ocurriera. – Los malintencionados serán atrapados y vilipendiados por todos y cada uno de los ciudadanos dignos del país.

Nos acusaba de azuzar al contingente policial con el objeto de inducirles a no tener otro medio que la utilización de la violencia. Narices quebradas, costillas rotas no serían responsabilidad de los ejecutores de la fuerza, sino más bien de las víctimas.

No lo comprendimos, más bien seguimos riéndonos de sus ideas arcaicas y sin fundamentos. Teníamos la convicción que el mundo, la vida o tan solo el día a día no es una cuestión que pase por casualidad y que se constituya “así no más” como señalan los partidarios de la opresión. No, no lo creíamos. Notábamos necesario el accionar en conjunto de la ciudadanía, el respeto y lucha por los valores de todos, y no tan solo de unos cuantos. En palabras concretas nos plantábamos frente a las injusticias sociales.

Aunque soñáramos en cambiar el mundo teníamos nuestras aprensiones. Todo jugaba en nuestra contra. Los medios informativos estaban controlados por los grandes capitales. Estos sólo mostraban lo que les interesaba. La mayoría de la ciudadanía disponía entonces de una información sesgada y completamente instrumentalizada para la consecución de los ideales de unos cuantos. Y los periodistas criteriosos, esos que luchan y se presentan fuertes e incorruptibles frente al (mal) manejo de la información.

-Esos no existen, al menos en los grandes medios, me respondió Darío.

De igual forma existían personajes sagrados. Precursores de obras benéficas que con el tiempo se habían convertidos en estrellas del mundo (Pobre de los ilusos que intentaran atacarlos). Estrellas manchadas por la poca transparencia de sus obras. Aunque sus acciones rindieran frutos positivos en relación al mejoramiento de algunos enfermos, la forma y el cómo ésta recaudaba sus ingresos era una siniestra desvergüenza. Pena por dinero, como volvía a señalar Darío.

En fin, de ahí que quisiéramos cambiar lo establecido, mejorarlo o sencillamente transparentarlo y así mostrárselo tal cual es a los ingenuos. O sea a la ciudadanía casi en su totalidad.

Andaba nada más que en bicicleta, quería ventilar mi mente, aligerar el mal uso que le había dado durante mucho tiempo, sacar esa negatividad tan característica que me estaba destrozando. El boicot contra uno mismo es el peor síntoma que puede experimentar el amor propio. Las pastillas por sí solas ya no eran lo efectivas que habían resultado ser en un principio, por tanto debía hacer algo, elegí salir simplemente. Explorar, ver, observar, maravillarme, entristecerme, en fin.

Por lo general salía a ese paraje bello, donde los álamos me recuerdan que el hombre sigue siendo tan insignificante. Donde el viento es el único que puede percatarse de cómo te sientes, como te encuentras para comenzar una nueva tarea, o si vas a ser capaz de sonreírles a las distintas personas que te encuentres en el camino. Así se pasaban los días, pedaleando y, en esos mismos momentos, entonando canciones que me recuerdan tardes noches de diversión y desenfreno. . Escuchaba, en mí pedalear, mis grupos de música favoritos.

Es tan hermoso sentir el bamboleo de las ruedas, la ilusión de una felicidad duradera. .